Ítalo Calvino, Marcovaldo y las setas

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1–2 minutos

Vivió en los árboles. Amó siempre la tierra. Subió al cielo.

Exiliado en la gran ciudad, un mundo en el que se siente extraño pero del que no puede huir, la entusiasta búsqueda de setas de Marcovaldo se nos muestra como sustitutivo, a la vez alegoría y caricatura, del ansiado retorno a la naturaleza. Inolvidable héroe bufonesco, es difícil no reconocerse en el personaje. Es el «efecto Marcovaldo» de los urbanitas.

Se agachó para atarse los zapatos y miró mejor, ¡eran setas!, ¡setas de verdad que estaban brotando justo allí, en el corazón de la ciudad! A Marcovaldo le pareció que el mundo gris y mísero que le rodeaba se había vuelto de pronto generoso en riquezas ocultas, y que algo se podía esperar aún de la vida, además del salario mínimo por hora, la gratificación, el subsidio familiar y el plus de carestía de la vida.

Calvino, Ítalo (2023). Marcovaldo. Madrid. Siruela

Ítalo Calvino era hijo de la micóloga italiana Eva Mameli Calvino. Licenciada en matemáticas y en historia natural, en 1915 obtuvo la libre docencia en botánica: fue la primera mujer en Italia en conseguir la habilitación en esta disciplina. Esta mujer extraordinaria fue, además, una entusiasta defensora de la naturaleza -en especial de las aves- durante el periodo de entreguerras. Esto nos ayuda a entender las raíces botánicas de la obra de Ítalo.

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